Cuenta la leyenda que un fuerte
temporal azotaba a un barco en alta mar. En lo alto de la viga mayor, se
apareció un Cristo alrededor del cual bailaban ocho danzantes y el de la Porra.
Al momento, el temporal amainó y los tripulantes se salvaron por la intervención
del Cristo de la Viga. Según la tradición, un villacañero estaba allí y fue el
que trajo el culto de este Cristo marinero a
Villacañas.
Históricamente, la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, tuvo que ver en la
difusión de esta devoción. Los caballeros sanjuanistas repoblaron nuestro
municipio en el siglo XIII, y seguramente cristianizarían estas danzas y
organizarían la cofradía del Santísimo Cristo.
Villacañas.
Históricamente, la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, tuvo que ver en la
difusión de esta devoción. Los caballeros sanjuanistas repoblaron nuestro
municipio en el siglo XIII, y seguramente cristianizarían estas danzas y
organizarían la cofradía del Santísimo Cristo. 









